Para abordar sus significativos retrasos en pagos, Petróleos Mexicanos (Pemex) inició el proceso de liquidación de deudas a sus proveedores a finales de 2023, dando prioridad a las grandes empresas de servicios petroleros, según informa Reuters. Este enfoque se debe a la relación directa de estas empresas con la producción de hidrocarburos. A pesar de estos esfuerzos, aún quedan pendientes pagos a otros proveedores, incluidas numerosas pequeñas y medianas empresas locales.
A finales del año pasado, la deuda total de Pemex se situó en 106 mil 800 millones de dólares, lo que representa una disminución del 4.13% respecto al año anterior, pero sigue siendo una carga significativa que dificulta el cumplimiento de sus obligaciones financieras. Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, aseguró en una conferencia de prensa el 4 de enero que la empresa está tomando medidas para solventar sus deudas pendientes, aunque no detalló la cantidad exacta adeudada a los proveedores.
La Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi) ha expresado preocupación, indicando que la demora en los pagos representa un riesgo serio para la continuidad de los proyectos de hidrocarburos en México, así como para la viabilidad de las empresas involucradas y el logro de las metas de producción establecidas.